La influencia del popularísimo largometraje anime 'Your name', que ha calado a nivel internacional quizás mucho más allá de lo previsto, se deja notar en películas como 'Fireworks'. Y no porque comparta un género difuso que podríamos definir como tragedia adolescente condimentada con elementos sobrenaturales, ya que en la ficción pop japonesa esta macedonia es bastante habitual (no hay más que darse un paseo por los estrenos televisivos de anime para comprobarlo).
El impacto de 'Your name' se percibe, básicamente, en que películas como Fireworks encuentran una distribución en Occidente. En este caso concreto incluso ha llegado a salas de cine de forma limitada, un suceso inaudito y que permite mantener la esperanza en que la seguirán otras producciones de la misma categoría. Sin embargo, 'Fireworks' no es una película tan memorable como 'Your name'.
Pese a su base de romanticismo adolescente muy similar a 'Fireworks', los ropajes fantásticos y la estetica colorista, la película de Makoto Shinkai tenía un sentido del humor mucho más trabajado y cohesivo. También el elemento sobrenatural, tan difuso e inexplicable como el de 'Fireworks', iba más allá de un mero deus ex machina a conveniencia del guion. En términos generales era una producción más redonda.
'Fireworks' cuenta cómo en una ciudad costera se va a celebrar un festival con fuegos artificiales y, en ese contexto, una joven, Nazuka, descubre que se trasladará a otro instituto, a lo que se opone, y decide huir. En esa huida convence a un compañero, Norimichi, para que le acompañe, y éste descubre por su parte que tiene la capacidad de retroceder en el tiempo momentáneamente para dirigir su destino en la dirección deseada.
Fantástico desequilibrado
Ese pequeño, nunca explicado del todo recurso argumental (la fantasía, esa cosa que tan bien funciona cuando tiene reglas estrictas y tan insatisfechos nos deja cuando se emplea de forma arbitraria) es el que usa la película para proponer unas cuantas reflexiones sobre la veleidosa conducta humana, sus caprichos y sus deseos. La personalidad impulsiva de los adolescentes no resulta especialmente arbitraria y permite desvestir de conductas artificiales a los personajes, convirtiéndolos exactamente en lo que desean ser.
Sin duda, el atractivo de la película está en su potente acabado visual: de nuevo algo por debajo del ya directamente sobrehumano preciosismo de 'Your name', pero aún así muy logrado. Sin duda, más allá de cierta sofisticación en la planificación y dejando de lado unos efectos CGI abierta (diríase que orgullosamente) horteras, su gran hallazgo plástico es la atmósfera veraniega, cálida y acogedora, y que relativiza las tragedias juveniles que estamos viviendo. Comparadas con la majestuosidad de los escenarios que rodean a los personajes, sus cuitas del corazón quedan algo deslucidas, lo que sin duda da un agradecido aire intrascendente a toda la peripecia.
El problema está, en parte, en la definición de los personajes, sobre todo el de la joven, que quizás por pereza a la hora de desarrollarlo, quizás por una suave misoginia en el planteamiento del guión, queda como una chica caprichosa y algo repelente. Sus planes para triunfar en la gran ciudad son de un mal gusto directamente agresivo y la forma que tiene de arrastrar hacia la insensatez a su pretendiente, algo cargante.
Aún así, en términos generales, la película de Akiyuki Shinbo (responsable del anime de 'Yu Yu Hakusho', entre otros) funciona, sobre todo a nivel estético y dejando de lado su irrelevancia en otros aspectos. Es más que suficiente, dada su abierto propósito de proponer, simplemente, una historia romántica de destinos por cumplir y de amor tan puro que todo lo puede. Un entretenimiento veraniego donde los viajes en el tiempo son una anécdota cuqui más, en un delicioso amorío teen digno de ser contado en los márgenes de una carpeta escolar.
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